No cabe duda que este ha sido el mejor semestre de Alexa Guarachi como profesional.
La jugadora pasa por un gran momento, donde ha sobresalido como doblista, consiguiendo su primer título en un torneo de 60 mil dólares, además de alcanzar una semifinal en la misma modalidad en un certamen de 100 mil dólares.
Ambos torneos más otras participaciones 25k le permiten liderar el listado de las chilenas en el ranking de la WTA en la especialidad.
Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas para la exponente de padre chileno y madre estadounidense.
Guarachi debió reconstruir una auspiciosa carrera que iba en franco ascenso y que se vio frenada por una rotura de ligamentos cruzados que la obligaron a sumergirse en una extensa inactividad.
¿Cómo logró superar una de las lesiones más complejas del alto rendimiento?
Años atrás Alexa concluía su etapa juvenil, donde fue 81 del mundo, para insertarse en el mundo universitario.
“Tuve una excelente carrera como junior, logrando estar entre las cuatro mejores jugadoras americanas en el circuito ITF ganando varios torneos y participando en los grand slams junior. Junto a mis padres decidimos que el profesionalismo podría esperar cuatro años para obtener mi título universitario. Viví una de las más lindas experiencias como estudiante y como capitana representante de la Universidad de Alabama. Logré convertirme en la mejor jugadora en la historia del equipo femenino de una de las Universidades más prestigiosas en Nivel I de los Estados Unidos.
Ya tenía muy claro que mis padres habían hecho un gran esfuerzo emocional y económico para forjar estas metas que me había trazado. Pero yo viendo desde chiquita a mi hermano nacido con Síndrome de Down ya había aprendido que el ser humano, especialmente con el respaldo de su familia o seres queridos, que si te propones algo y con esfuerzo y perseverancia uno es capaz de lograr aprender miles de cosas y lo que es más fácil para unos puede ser más difícil para otros.
Mi hermano no solo nació con Síndrome de Down, además tuvo que ser sometido a una operación a su corazón antes de cumplir un año. Me di cuenta como el luchó para reponerse y también que tenía algunas habilidades innatas como de dar cariño y lograr con todo su esfuerzo a aprender a nadar, a jugar tenis, golf, etc. Él es mi mayor inspiración”.
Con ese enorme impulso emocional y el fundamental respaldo de sus padres, se materializaría ese anhelo que la ilusionaba desde la obtención de su primer nacional en Estados Unidos a los 14 años. Jugar por Chile.
“Apenas conseguí mi nacionalidad chilena estaba dichosa. Cuando vi aparecer la bandera de Chile al lado de mi nombre comencé a cumplir otros de mis grandes anhelos y al mismo tiempo ascendía rápidamente en el ranking de la WTA, subiendo hasta la posición 340 en singles y 203 en dobles. A mediados del 2015 me convertí en la número de Chile.
Los logros seguían. Jugando un torneo ITF en Fort Worth, Texas, le gané a Vania King en dobles. Vania había sido campeona de Wimbledon y US Open en dobles.
A pesar de ese triunfo volví a la cancha a practicar y cambiando de dirección bruscamente me lesioné de la rodilla, cortando mis ligamentos cruzados con un dolor incontenible que me hizo temer hasta de mirarme la rodilla. Luego de hacerme un MRI, los médicos confirmaban que se trataba de los ligamentos anteriores cruzados y quizás también mis meniscos.
Yo y también muchos pensamos que era el fin de mi carrera como tenista profesional y que debería agradecer al cielo mi decisión de haber estudiado y haberme titulado.
Tuve la gran suerte que a menos de una hora de distancia de nuestra casa estaba una de las clínicas para deportistas más importantes en Estados Unidos que es Andrews Clinic, dirigida por el mismo fundador líder de medicina deportiva el doctor James Andrews.
El Dr. Andrews atiende a muchos de los deportistas más destacados de Estados Unidos, es de Alabama y ofreció el mismo operarme. Me reuní con el doctor y me educó bien de que se trataba la lesión, como sería la operación, los riesgos posibles, la rehabilitación de no menos de un año y que en resumen sería comenzar casi de cero.
Salí de la reunión con una mezcla de sentimientos y no sabía si sería capaz de volver a empezar y escalar la montaña, la cual comenzaba a ver la cima. Sería un trabajo de día a día, pero llegué a casa y mire a mi hermano Stefan y me recordé como el luchó para continuar viviendo y para dar cada paso en su recuperación. Si se puede. Si yo lo he logrado ustedes también pueden con corazón y disciplina”.
Alexa volvió a competir a finales de octubre del 2016 en Macon, Estados Unidos, temporada donde terminó 771 en singles y sin ranking duplas.
Hoy es la 409 del planeta en individuales y 178 en binomios.