Estados Unidos es la nación que más sufre con la crisis sanitaria, con cifras que colocan a la potencia mundial como líder del ranking que ningún país desea componer.

Cómo hemos visto en el todo el planeta, la situación ha obligado a tomar medidas de todo orden. Una de ellas afectó a nuestros compatriotas que integran los planteles de distintas universidades estadounidenses.

Los últimos nacionales que lograron entrar a los grand slam en juniors son parte de la “marea roja” que compatibiliza las aulas con la competencia universitaria en suelo norteamericano.

Nos referimos a Fernanda Labraña y Matías Soto. La talagantina y el copiapino se encuentran en Chile y desde sus hogares nos relataron algunos detalles de lo que fue el regreso a casa.

Fernanda fue 44 del mundo a nivel juvenil y gracias a esa buena posición en el escalafón ITF consiguió disputar las ediciones 2017 de Roland Garros y Wimbledon.

Tras ello Labraña arribó a la Universidad de Texas el año 2018, donde ha alternado con los estudios, la competencia universitaria y los torneos profesionales. A los pocos meses de este año todo cambió de golpe.

“Fue como la segunda semana de marzo, habíamos terminado la semana de pruebas y estábamos preparándonos para ir a Florida a jugar dos partidos durísimos. Estábamos en el Centro de Tenis de la Universidad con las maletas y todo a punto de partir al aeropuerto, y justo antes de subir al auto nos avisan que los partidos fueron cancelados. Ese mismo día con mis compañeras vimos un post en Instagram de la NCAA (National Collegiate Athletic Association) que se había suspendido el torneo nacional.

Nos pegó súper fuerte esa noticia, me acuerdo que estábamos en la cancha porque algunas compañeras estaban entrenando y cuando nos enteramos de la noticia la mayoría se puso a llorar porque teníamos muy buenas posibilidades de obtener un gran resultado en el torneo nacional”.

Matías también fue uno de los mejores sudamericanos de su generación a nivel juvenil. Alcanzó la plaza 53 ITF y, al igual que Fernanda, cerró su etapa junior el 2017 disputando el major parisino y la máxima competencia del tenis sobre césped.

Soto fue becado por la Universidad de Baylor desde el 2018 y tras su primera nómina en el Equipo Chileno de Copa Davis Cachantún se encontró a su regreso a USA con la situación del Covid-19.

“Alcancé a estar sólo un par de días en Estados Unidos cuando empezó la crisis. Me devolví un 18 de marzo, un día miércoles, y justo ese día Chile cerró las fronteras, así que en el avión sólo veníamos chilenos. El regreso se debió a que se canceló todo, todas las competiciones que quedaban y a la vez la universidad puso las clases online, con eso sólo necesito un computador para estudiar así que no había sentido para seguir allá, por eso me vine.

No tuve problemas en el aeropuerto allá, fue todo muy rápido, estuve siempre chequeando que mi vuelo no se cancelara, pero salió todo bien, todo a la hora y cuando llegué a Chile, en ese momento Estados Unidos no estaba tan mal, entonces sólo me hicieron un test. Tuve que llenar un papel con mis datos y a la vez me tomaron la temperatura y sería, me dejaron pasar y no me dijeron que tenía que hacer cuarentena porque, como te repito, todavía no había tanta gente contagiada”.

Cinco días antes del vuelo de Matías hacia Chile fue el cumpleaños de Fernanda. En su primer día con 21 años su entrenador le daba la noticia. Ella no tuvo la misma suerte que su compatriota.

“Nos llamó a su oficina para decirnos que la temporada estaba suspendida y que la universidad tomó las medidas de terminar el semestre online y no aceptar a nadie en el campus. Por lo mismo, cerraron el Centro de Tenis, gimnasios, todo.

En Austin donde estudio no había cuarentena total, o sea le recomendaban a la gente que se quedara en la casa, pero igual te daban permiso para poder hacer ejercicios, poder ir a los parques, cosas así. En mi caso salía a trotar con mis amigas italianas Bianca y Anna Turati. También encontramos una cancha pública cerca de nuestro departamento, íbamos a jugar ahí y así nos manteníamos entrenando todos los días como por tres o cuatro semanas.  

Teníamos pensado quedarnos lo que más se pudiera porque estábamos bien, podíamos entrenar, hacer todo, pero los padres de mis compañeras italianas quisieron que volvieran porque la situación allá estaba mal y no sabían cuando iban a poder entrar, así que mientras más esperaban iba a ser peor. Ellas se fueron y para mí fue duro porque me cancelaban vuelos, la única manera de volver a Chile era en un vuelo directo y habían muy pocos. Me conseguían vuelos con escala y cerraban las fronteras, fue duro. Después de tres días pude volver y acá tuve que estar en cuarentena obligatoria dos semanas”.

Estudios y actividad física en Chile

Matías está junto a su familia en su natal Copiapó. Ahí continúa, por razones lógicas, con más estudios que deporte. En esa dinámica se muestra agradecido por todas las facilidades que le ha entregado la universidad.

“Se han portado muy bien con nosotros, los profesores han sido increíbles, cambiaron todo a clases en línea, trataron de poner todo el material restante en el tiempo que quedaba. Obviamente no es lo mismo, pero las clases han sido igual, súper intensas, nos hacen muchas cosas, trabajos, pruebas, y claro se podría decir que es un poco más fácil ya que estamos en línea y porque no estoy jugando tenis, entonces tengo más tiempo.

También la universidad se portó increíble, apenas se supo que las clases serían así el equipo compró pasajes para todos los jugadores para que se fueran a sus casas en tipo de emergencia, tanto chicas como chicos. Creo que se manejaron muy bien con todo lo que ha pasado y así se va a terminar el año, con clases online.

Acá en Chile me tomé un descanso. Cuando llegué a Copiapó tuve dos semanas donde no hice absolutamente nada. Obviamente estaba con los estudios, pero traté de relajarme, de hacer cosas que normalmente no puedo hacer por tiempo, y hace dos semanas atrás volví a entrenar en casa, me suscribí a un entrenamiento muy bueno por internet, una hora diaria todos los días, son muy intensos, termino muy cansado, y me ha servido mucho. También juego Play, veo películas, veo Netflix, pero también hago otras cosas. El otro día estuvimos pintando la casa, ordené mi pieza, botamos algunas cosas, también me puse a ordenar las fotos que tenemos, de años atrás, trato de mantenerme siempre ocupado porque es lo que hago en Estados Unidos y acá hay días donde tengo mucho tiempo”.

De la misma manera transcurren los días de Fernanda en la provincia de Talagante.

“Acá ha sido un poco complejo porque no he tenido la posibilidad de jugar tenis, solamente he estado haciendo físico, en la mañana y en la tarde, y obviamente tengo que terminar el semestre, sigo estudiando harto y haciendo muchos trabajos y tareas, así me mantengo todos los días, entrenando la parte física y estudiando.

Se supone que tenemos que volver en agosto a Estados Unidos, pero hasta el momento no nos han dicho nada. Igual nos dijeron que están tratando que sea un semestre normal, pero también puede que sea online y con eso tendremos que quedarnos en nuestras casas”.

Matías Soto ocupa actualmente la casilla 889 de la ATP en individuales. Con 21 años destacan entre sus resultados como profesional una semifinal en el USA F28B Futures el 2018, una semifinal en el M25 Waco, Texas y otra ronda de los cuatro mejores en el M15 de Lima, estas dos últimas competencias durante la temporada 2019.

Fernanda Labraña aparece en la posición 1173 de la WTA en sencillos. Los hitos de Fernanda en su corta carrera profesional son dos títulos duplas durante el 2019, uno en el W15 Norman OK, Estados Unidos y el otro en el W15 de Lima, Perú. También resalta su victoria en la primera ronda singles durante la edición 2018 de la Copa LP Chile presentada por IND. Fernanda recibió una wild card para ser parte del W60 que se juega en la comuna de Colina.